domingo, 31 de julio de 2011

Si comiste ajo....aqui van unos Tips para el mal aliento y sudor.....!!!


En muchos restaurantes es común que nos sirvan unos potes con mayonesa, ajo, perejil y tostaditas o pan para picotear mientras preparan el plato principal y a me encanta. Si luego de comer quedo solo ningún problema como pan con ajo hasta el hartazgo, si quienes compartieron el almuerzo conmigo también comieron ajo tampoco hay problema, pero si estoy con Mage (mi esposa) ahí si se complica.
El ajo es muy bueno para nuestro organismo y tiene unas propiedades muy beneficiosas para, por ejemplo:
- Provoca vasodilatación, lo que hace que disminuya la presión sanguínea ya que la sangre fluye más fácilmente.
- Es desinfectante, expectorante y descongestionante.
- Es diurético
- Estimula las mucosas gastrointestinales haciendo que aumente las secreciones digestivas y de la bilis.
- Muy eficaz contra la gota, el reumatismo, los cálculos renales y en la vejiga

Pero lo malo que tiene es el aliento que deja después de ingerirlo, aunque ya no es solo el aliento, sino el olor que desprende la piel cada vez que suda. Si decides comer ajo, estos son algunos truquillos que puedes llevar a cabo para despegar el tan pegadizo olor:
1.      Lavarse bien los dientes y la lengua.
2.      Beber un jugo de limón (pero que sea recién exprimido), solo sin agua ni azúcar.
3.      Tomar un poco de miel.
4.      Morder perejil.
5.      Beber un vaso de leche o yogur.
6.      Beber un vaso de vino tinto.
7.      Si con esto no ha sido suficiente, enjuágate la boca con agua y una cucharadita de bicarbonato de sodio.
Consejo para pelar más fácilmente los ajos:
Antes de pelar los ajos los pones sobre una tabla de picar y aplástalos un poco con el mango de un cuchillo. La cáscara se despegará y los pelarás muy fácilmente.

Para que no nos quede olor en las manos luego de picar ajo:
·         Cortamos un limón con el cual nos fregamos las manos, luego enjuagamos con abundante agua fría
·         Picamos un puñado de perejil, lo restregamos por las manos y enjuagamos.

Estando en un restaurante, es un poco raro pedir un vaso de limón puro si estás en una comida con más gente y tampoco es cuestión de llevar una botellita de jugo de limón en el bolso, o una ramita de perejil  en el bolsillo para cuando se presente la ocasión de comer ajo.
Después de reflexionar, como me gusta mucho comer ajo y complica  las relaciones personales, intento ingerirlo en el momento justo.
O como bien dijo aquel sabio de la antigüedad:
Sólo quien ha comido ajo puede darnos una palabra de aliento”.

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